16 cosas que enamoran a quienes amamos las letras

Y digo las letras porque así me entendéis, pero abarcamos y abrazamos a todas las amantes del arte, así en general, en todas sus disciplinas; de las letras académicas, de las más literarias, aficionadas o trabajadoras.

Esta entrada no recoge, ni mucho menos, una serie de tips para que vayas a enamorar a tu crush humanista (que oye si quieres, que te inspire y buena suerte). Más bien es para acordarnos de todas esas cosas que ya nos inspiran, nos llenan, y, sobre todo, a veces nos olvidamos de practicar. De darte autoamor, del bueno, del tuyo, que es el más importante. Tener una lista puede que nos ayude a tener a dónde acudir cuando el aburrimiento, la rutina, nos aleja y nos nubla, y no sabemos dónde buscarnos.

(Sí, la banda sonora de este artículo debe ser Flowers como forma de vida, sin necesidad de abandonos amorosos!

1. El día perfecto empieza disfrutando de la mañana, del café, té, el desayuno bonito, lleno de colores y tu libro de las mañanas. Ese libro que te da el buen rollo para todo el día, o el que no te puedes aguantar las ganas de devorar.

2. Las librerías de segunda mano, llena de olores, de historias de sus dueñas anteriores. Son librerías llenas de magia porque nunca vas «buscando nada», no sabes lo que hay, son todo sorpresas, hallazgos, tesoros, obras que TIENES que salvar.

3. El cuadro favorito de tu ciudad, pueblo, en ese museo de toda la vida donde casi solo te gusta esa pieza. No sabes cuándo te enamoraste, pero solo quieres ir a verla cuando te acuerdas de la primera vez.

4. La joyería de artesanas preciosas inspirada en tus personajes favoritos. Es la evolución del merchandising de cuando eras joven. Ahora son preciosidades, cuquis, hechas por otras mujeres que sueñan.

5. Volver a tus libros de la adolescencia. Cuando te acuerdas de tu primer amor literario. Ahora te remueve por dentro. Te vuelves a prendar pero de ti misma, de lo que sentías entonces.

6. Una expo nacional/internacional que aterriza cerca de ti, porque para las que somos insulares y lejanas a los centros sufrimos por la falta de eventos. ¡Ay, cuando llega, pocas veces al año, una expo de esas grandes, tochas, originales y llenas de nuevas tendencias museológicas!

7. Las tiendas de los museos y todo lo que hay. Llevarte todo. Tener toda tu casa llena de recuerdos.

7. La música con comida, con vino, con lo que sea. Los eventos culturales gastronómicos.

8. Cuando las marcas de ropa hacen colaboraciones con museos (sí todas tenemos ya el vestido de La Primavera). Señoro Amancio, siga haciéndolo.

9. Planear viajes y agendar un 80% de las visitas entre museos, galerías y librerías. Anotar las salas que no te puedes perder, todos los monumentos que tienes que visitar. Horarios y precios (no vaya a pillarte un día que cierren).

10. Coincidir con alguien que este leyendo tu mismo libro, viendo la misma serie, que le flipe uno de tus cuadros favoritos. Echarle horas de charla debatiendo lo que cada cual entiende.

11. Esa merienda en el sillón, calentita, con la luz de la tarde y tu perrihija gatihijo que se llama Homero, Calígula, Olimpia, Isis o Atenea. Porque sí, los llamamos así ¿Qué creías?

12. Las ilustraciones bonitas. Sí, TODAS. Y las compartimos por redes sociales, las guardamos, las tendríamos todas.

13. Las reediciones de los libros clásicos, sobre todos tus favoritos, con esas portadas taaaan bonitas, ilustraciones nuevas, una prólogo de alguien conocidooooo. Estoy que me muero de ganas de la nueva reedición de Teseo de Mary Renault, ya sabéis que es mi autora de histórica favorita.

14. Las estanterías ordenadas de forma específicamente rara. Mirar mis libros de novela histórica ordenados de forma cronológica al argumento de la novela… (no es tan extraño).

15. Las replicas pequeñitas, monas. Una pequeña estatuita de Afrodita, tu propia lucerna, un «casquito» de guerrero, un pequeño puñalito egipcio…

16. Los mercadillos de gangas vintage y sentirte la verdadera Lara Croft entre chatarrería. El momento en que encuentras una «joyita» aunque no tenga valor monetario pero tu has encontrado «lo que lo mola todo y es único».

Esta lista podría alargarse, llegar a decenas, hacerse eterna. Porque en cada pequeño detalle encontraremos como todo de une a nuestros gustos.

Y a ti, ¿Qué te enamora? ¿Cuándo fue la última vez que te diste el gusto?

Imagen destacada: «Dos cupidos leyendo», derivado de Franceso Primaticcio, siglo XVI. Museo del Prado.

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